La segunda generación del Opel Insignia alcanza su ecuador comercial y antes de convertirse en un modelo 100% PSA se renueva para mantener su vigencia. Nosotros lo hemos conducido.
La llegada del Opel Insignia hace más de una década supuso un punto de inflexión para la firma del rayo al representar la evolución que estaba experimentando en aquel momento la marca. Con la segunda generación, surgida hace menos de un lustro, se dio otra vuelta de tuerca al combinar el concepto de berlina con el de la deportividad creando la silueta que actualmente se vende y cambiando el nombre por el de Insignia Grand Sport.
Ahora, con la presión por parte del Grupo PSA de sacar una nueva generación, el Insignia se somete a la pertinente actualización de mitad de vid comercial. Si bien es junto con el Astra el único que mantiene la arquitectura del General Motors, lo cierto es que su renovación ha ido enfocada principalmente a la mejora de sus motores. No hay rastro alguno de la obligada electrificación para la marca, pero Opel demuestra que no es necesario dotarle de chispa para ofrecer un producto convincente a la par que ahorrador.
Algo que percibimos al ponernos al volante. Durante la toma de contacto hemos conducido tanto el Insignia diésel como el gasolina más potente y en ambos casos el resultado no pudo ser más sorprendente.
Mechero rodante
A destacar la finura con la que se mueven tanto el bloque 2.0 D de cuatro cilindros y 174 CV como el gasolina de 2.0 T de 200 CV, ambos asociados en este caso a la transmisión automática de 8 y 9 relaciones, respectivamente. Cuesta elegir ya que mientras que el primero promedió un consumo medio de poco más de 5,5 l/100 km durante el breve trayecto realizado, el segundo tiene como gran cualidad el empuje. A ello se une un alma muy eficiente puesto que gracias al inédito sistema de desconexión de cilindros (se emplea por primera vez en Opel), somos capaces de lograr valores de poco más de 7 l/100 km.
No obstante, quien no quiera disponer de un potencial tan elevado, siempre puede optar por la dupla de acceso. En diésel aparece el nuevo 1.5 D de tres cilindros que entrega 122 CV y que puede combinarse tanto con caja manual de seis marchas como automática de ocho; mientras que en gasolina el 2.0 T está disponible con una versión de 170 CV, solo con caja automática de nueve relaciones.
Que el nuevo Opel Insignia consiga dichos valores hay que agradecérselo igualmente al gran trabajo aerodinámico efectuado y que permite a la berlina alemana registrar un coeficiente Cx de solo 0,25, uno de los más bajos de la categoría.
Cambios sutiles para aumentar el atractivo
Ahora bien, el nuevo Opel Insignia no se ciñe exclusivamente a su comportamiento sino que también consigue perfilar su silueta externa e interna para convertirlo prácticamente en un coche sin fisuras. Por fuera los principales cambios se centran en la iluminación. El que ya era uno de los puntos fuertes del coche mejora sobremanera con la llegada de los denominados IntelliLux Pixel LED que aumentan por cinco la cantidad de segmentos (84 frente a 16) ganando en haz de luz. Siguiendo con las luces, si silueta es más fina mientras que los antiniebla cambian de posición para aumentar la sensación de anchura visual.
En el habitáculo también se mantiene una de sus máximas: la calidad, determinada en este caso por los asientos con certificación AGR que cuentan con múltiples funciones de climatización y masaje. El salpicadero mantiene ese perfecto equilibrio entre comandos físicos y táctiles mejorando eso sí la interfaz de la pantalla central de 8 pulgadas, más intuitiva y con un sistema de navegación completamente conectado. El cuadro de instrumentos también cambia mejorando el contraste de la pantalla centra, mientras que el equipamiento disponible mejora con un Head-up display evolucionado.
La seguridad, por último, también se deja intacta colocando a este nuevo Insignia como uno de los coches más avanzados del momento. Entre algunos de los elementos están el control de velocidad de crucero adaptativo, el asistente activo de mantenimiento en el carril, la frenada automática de emergencia con detección de peatones, el reconocimiento de señales de tráfico…
La gama del nuevo Opel Insignia, que ya está disponible en la red de concesionarios, se compone de dos variantes de carrocería (la berlina Grand Sport y el familiar Sports Tourer) y cinco niveles de acabado: Edition, Business Edition, GS Line, Business Elegance y GS Line Plus. Los precios del nuevo Opel Insignia 2020 en España parten de los 33.500 euros que en el caso del familiar son 35.000 €.