La moda de las furgonetas camperizadas sigue al alza y Citroën ha solicitado su trozo de pastel con este SpaceTourer by Tinkervan. Una combinación perfecta para disfrutar con todo lo necesario sin preocupaciones de ningún tipo.
Es evidente que la camperización es un estilo de vida (Camper Life como gusta ahora decir) que está subiendo más rápido que la propia Rosalía. No es para menos, en época de crisis (sí, por mucho que las cosas hayan mejorado seguimos algo inmersos en ella) solemos tirar tanto de ingenio como de recursos. En este sentido, el ahorro económico que supone a largo plazo adquirir una furgoneta camperizada llama mucho la atención a aquellas familias que quieren disfrutar unas vacaciones diferentes por un precio ajustado.
Cierto es que hablar de precios ajustados en modelos que superan, en algunos casos, los 60.000 €, resulta contradictorio; pero quien se mete en tal inversión lo hace porque va a sacarle mucho jugo. Y no solo eso, sino que la nueva hornada de Campers que están apareciendo permiten hacer un uso cotidiano de las mismas, ofreciéndonos habitáculos y maleteros amplísimos, motores eficientes, tecnología a raudales y un marco de seguridad que hace años típico de los turismos.
En este sentido, Citroën ha sabido leer perfectamente el mercado y nos presenta una SpaceTourer que aumenta su carácter aventurero gracias a Tinkervan.
Hermana gemela
La firma del doble chevrón hace uso de todo el conocimiento del preparador oscense para ofrecer un vehículo polivalente que cubra las necesidades de cualquier familia media. Eso sí, en comparación con su primo-hermano, el Peugeot Traveller, el SpaceTourer no llega al nivel máximo de personalización, pero tras lo comprobado durante la larga travesía llevada a cabo y con la que cubrimos más de 4.000 kilómetros de la geografía española, uno concluye que con lo que lleva este SpaceTourer by Tinkervan tenemos más que suficiente.
¿Y qué es?, se preguntará más de uno. Pues muy sencillo, todo lo necesario para disfrutar plácidamente de nuestras vacaciones, ya sea en cualquiera de los camping de nuestra extensa geografía como en los puntos de acampada permitida y que son visibles, entre otros, a aplicaciones móviles como Park4Night.
Solo es necesaria una condición, suprimir de la ecuación la carrocería más corta, XS, y optar entre la intermedia, Talla M (4,95 metros) y la más grande, Talla XL (5,30 m). En el caso de la Talla M de nuestra unidad, su tarifa parte de los 28.912 € si asociamos el motor BlueHDi de 120 CV con caja manual. Un motor solvente para unas aspiraciones tranquilas pero que, quizá se quede algo corto para afrontar escapadas de larga duración. De ahí que el escalón de 150 CV de nuestra unidad se adecúe casi a la perfección a lo requerido. Potencia que incrementa ligeramente su tarifa hasta los 30.736 € asociando el acabado Feel, dotado de un Quienes quieran algo más de equipamiento, siempre pueden optar por añadir el nivel Shine (desde 36.398 €).
Preparada para la aventura
Sobre ellos Tinkervan empieza a obrar su magia y a sumar infinidad de elementos para convertir nuestra SpaceTourer convencional en un hogar con ruedas. En nuestro caso concreto incorporábamos todo lo posible, siendo bautizado por la empresa aragonesa como “Master + Techo elevable Cama”. Su coste: 9.900 € siendo únicamente asociable a la Talla M por las dimensiones de la cama superior de 1,30 de ancho x 2 metros de largo que se convierte en la suite perfecta tanto para adultos como para niños.
En la parte inferior, las tres butacas individuales con desplazamiento longitudinal pueden convertirse, sumando la zona del maletero, en otra cama igualmente apta para adultos como para niños. Luces de cortesía repartidas por el habitáculo, incluyendo una en la zona superior, una nevera de 31 litros con compresor e incluso una ducha con bidón de 10 litros, completan las comodidades de este SpaceTourer by Tinkervan.
A ello se suman los asientos delanteros giratorios (este elemento es estándar en todos los SpaceTourer), múltiples puertos USB repartidos, una mesa para usar tanto dentro como fuera (echamos en falta quizá las sillas), una batería auxiliar y el elemento más esencial, la calefacción Webasto con tres programas de temporización y la posibilidad tanto de enfriar como, sobre todo, de calentar el habitáculo. No podemos olvidar las tomas de 220 V, las cortinillas en las ventanillas traseras y algún que otro enchufe ideal para conectar nuestros aparatos electrónicos.
En el exterior, por su parte, las modificaciones más evidentes aparte de la cama superior (que eleva la altura en 9 centímetros hasta el 1,98 metros), son el toldo lateral y el portabicis trasero con capacidad para un par de bicicletas.
¿Cómo es la vida en esta Camper?
Respondiendo a esta pregunta: muy sencilla. En términos de conducción hay pocas diferencias respecto a un SpaceTourer convencional, pues el peso extra que aporta esta unidad se nota en tramos de montaña y zonas reviradas. Por carretera, solo los silbidos provocados por el toldo y la cama superior incomodan.
En cuanto al rendimiento, satisfactorio. Como intuíamos, el bloque 2.0 BlueHDi de 150 CV es más que apto para llevarnos con todos nuestros enseres. Progresivo aunque algo sonoro, empuja con solvencia desde las 1.700 vueltas y se mantiene constante hasta algo más de las 3.000 rpm. La transmisión manual de seis relaciones es precisa aunque sus desarrollos algo largos provoca que tengamos que echar mano del pomo en zonas montañosas.
Quien ande boyante de presupuesto, por 3.000 € que no dude y ponga sus miras sobre el BlueHDi de 180 CV asociado a la transmisión automática EAT8 de ocho relaciones. Misma combinación que nos movió con el Peugeot Traveller con diferencias notorias…, incluyendo un consumo que en este SpaceTourer es ligeramente más contenido, logrando medias de aproximadamente 7,2 l/100 km.
Como guinda, el sistema de motricidad opcional Grip Control nos permitirá afrontar alguna que otra zona no asfaltada con solvencia gracias, entre otros, a sus diferentes programas de conducción y, sobre todo, a sus neumáticos All Season (M+S). También merece mención aparte el
Si nos ceñimos al día a día, igual de sencillo. Pasar de automóvil a casa es relativamente fácil. La cama superior se libera con facilidad y en cuestión de segundos (otro cantar es volver a su posición cerrada), mientras que para desplegar la cama inferior solo hace falta un toque de palanca. Algo más complicado resulta girar las butacas delanteras y, sobre todo, acceder a la nevera.
Para que el camino sea sencillo, el somier trasero ha de estar siempre levantado, circunstancia difícil cuando tenemos la cama inferior montada. De ahí que durante nuestro periplo hayamos comprobado que lo más útil es extraer uno de los asientos exteriores traseros y colocar en su lugar la nevera (benditos raíles). En cuanto a la ducha, ten cuidado, porque en el momento en el que la conectes a la toma, saldrá agua de inmediato. Sus 10 litros dan para mucho, ya sea para asearnos como para lavar los platos.
Respecto a la cama superior, muy correcta. Ya lo comprobamos con el Traveller y ahora lo corroboramos. El tejido aislante es prácticamente perfecto y solo será necesario conectar la calefacción estacionaria en las noches de mucho frío como las que pasamos en la sierra de Navarra. En cuanto a comodidad, poco que criticar, pues dos adultos caben perfectamente mientras que el colchón ofrece el mullido suficiente para no acabar con la espalda baldada (y decir eso después de 3 semanas dice mucho a su favor).
Sin duda, lo más gratificante de nuestra aventura con el Citroën SpaceTourer by Tinkervan, más allá de la conducción, se centra en la posibilidad de desplegarnos sin miedo en cualquier lugar. Ver el vehículo con todos sus accesorios extendidos y poder sentarse a comer (será necesario llevar un camping gas) con la banda sonora de la naturaleza de fondo (mar, aves, árboles) y con el basto paisaje norteño como imagen, no tiene desperdicio alguno.
Por eso, pagar los casi 44.000 € que cuesta esta camperización, siempre y cuando sumemos las opciones ofertadas en nuestra unidad tales como el pack seguridad Head-up Display, el pack city con cámara trasera y guiado en el carril o la luneta trasera practicable ideal para evitar tener que abrir todo el portón en zonas más estrechas, entre otros, bien merecen ser tenidos en cuenta. Porque además de lo que decíamos al principio en relación a la amortización a largo plazo, el tener la libertad de poder asentarnos prácticamente donde queramos, al estilo del mejor de los nómadas, no tiene precio ninguno.