La firma checa siempre ha estado ligada al mundo de la competición tal y como demuestran estas dos efemérides que aquí te contamos sobre Skoda.
La pasada semana Skoda se puso nostálgica para recordarnos dos hitos que ocurrieron a principios y mediados del siglo pasado marcando la historia de la firma checa. El primero de ellos data nada menos que de 1905, en concreto del 25 de junio, cuando Václav Vondřich ganó el campeonato del mundo oficioso de motociclismo de la FICM, la predecesora de la actual FIM (Fédération Internationale Motocyclisme), en una motocicleta fabricada por Laurin & Klement.
Era uno de los mayores hitos en competición de la historia de una marca que tan solo contaba con 10 años de vida. Unos años antes, en 1901, Václav Laurin y Václav Klement descubrieron en la competición un escenario en el que exponer su joven compañía a nivel internacional. Como apunte, un dato: el piloto Narcis Podsedníček (cuyo trabajo principal era llevar el taller de L&K como experimentado mecánico que era) fue el más rápido en cubrir los 1.196 kilómetros de la carrera de París a Berlín de junio de aquel año. De hecho, fue tan rápido que, por desgracia, alcanzó la meta antes de que llegara el cronometrador y, en vez de recibir el trofeo de ganador, fue descalificado.
Ello provocó que las motos de Laurin & Klement fueran vistas enseguida como las grandes favoritas para los certámenes de ascensiones y las carreras en circuito. Potentes y rápidas, sobresalían sobre todo por su fiabilidad.
Sin embargo, el momento de mayor calado fue el comentado al principio. Celebrado a 50 kilómetros al suroeste de París, en el pequeño pueblo de Dourdan, los organizadores diseñaron un circuito de 54 kilómetros que tenía que completarse cinco veces. También incluía las llamadas secciones de neutralización: en estos tramos, los pilotos tenían que empujar sus máquinas con los motores apagados y esperar que después volvieran a encenderse. El equipo Laurin & Klement llegó bien preparado y tanto Vondřich como su L&K CCR de dos cilindros estaban en plena forma. En la cuarta vuelta, tras 246 kilómetros, el checo nacido en Libeň, hoy un distrito de Praga, tomó el liderazgo. Cuando llegó a la meta, estaba más de ocho minutos por delante, tras 3:13.17 horas.
Gracias al triunfo en Dourdan, la marca reforzó aún más su reputación internacional, y la producción de motocicletas continuó durante varios años. Al mismo tiempo, sin embargo, amanecía la nueva era de la ingeniería automóvil en la compañía de Mladá Boleslav. Todo empezó el 29 de octubre de 1905 con la Laurin & Klement Voiturette, la culminación de cuatro años de investigación y desarrollo por parte de Václav Laurin y su equipo de ingenieros.
Participante en Le Mans
Sin salir del mundo de la competición pero ya de cuatro ruedas, nos trasladamos al año 1950. Tras la Segunda Guerra Mundial, Škoda lanzó una nueva serie de modelos: los 1101/1102 «Tudor» montaban un motor de cuatro cilindros de 1.089 cc y pronto disfrutaron de una gran popularidad en muchos países europeos y mercados internacionales. Los vehículos, que tenían un diseño robusto y moderno para la época, demostraron su alta fiabilidad una y otra vez en los circuitos de rally y en las carreras de largo recorrido. En 1948, por ejemplo, ganaron en las cuatro categorías del Raid Polski, de 2.649 kilómetros, en el que Škoda estuvo representada con sus propios coches. En el Rally de Montevideo – Melo – Montevideo, que atravesaba terrenos salvajes, acabaron en primera y segunda posición.
El 24 de junio de 1950, un sábado, el equipo de fábrica estaba posicionada diagonalmente delante del pit wall del Circuit des 24 Heures de 13,65 km con la versión mejorada del 1101 Sport a punto para la salida de Le Mans a las 16:00 horas. Jaroslav Netušil y Václav Bobek, ambos novatos en Le Mans, lo dieron todo. Con una velocidad media de 126 km/h, pronto alcanzaron la segunda posición de los once coches de la categoría de hasta 1.100 cc, de un total de más de 60 competidores. En la clasificación especial por coeficiente de rendimiento el dúo avanzó hasta la quinta posición. Sin embargo, al alba, tras 13 duras horas en el circuito, el coche con el número 44 abandonó en la vuelta 115. Un defecto técnico sacó al Škoda Sport de la competición: el elemento de cierre de una biela se había roto, y no era posible repararlo in situ.
Para la firma checa, esta fue la única carrera de Le Mans de la historia de la compañía. En los siguientes años, los modelos especiales de la marca ya no pudieron de participar en la carrera de 24 horas francesa debido a la difícil situación política.