Cualquier amante del automóvil sabe que Abarth siempre consigue lo que se propone. Casi medio siglo después de transformar el primer Fiat 124 Spider en todo un correcaminos, el preparador italiano vuelve a echar el guante sobre el descapotable de Fiat. El resultado, lo que te contamos a continuación.
La historia del Fiat 124 y de Abarth siempre ha tenido un punto en común. Tanto es así que el mítico descapotable fue uno de los primeros modelos en pasar por las manos de la marca del escorpión. Transformación sucedida en 1972 y que con el paso del tiempo se ha convertido en uno de los hitos de la historia del automovilismo. Hito que 47 años después se volvió a repetir con la llegada del actual 124 Spider.
Un modelo que mantiene intacto el glamour del descapotable italiano y lo mejora con ese toque canalla propio del preparador transalpino. Una combinación que, como vimos en el Abarth 595 Competizione, resulta explosiva… tanto a la vista como al tacto.
Pavo real
Si empleamos el primer sentido, comprobaremos que este Abarth 124 Spider impone desde cualquier ángulo. Ataviado con unos colores de guerra propios del mundo de los rallies, la franja negra que cruza el capó prolongándose hasta la tapa del maletero, las llantas de alumino negras de 17 pulgadas con embellecedores en rojo con el logo de la marca en contraste, o las diferentes molduras en ese mismo color rojo del splitter frontal o retrovisores. Todo ello sin olvidar las pinzas de freno, también en esta tonalidad, firmadas por Brembo.
Un conjunto estético que, por desgracia, no viene de serie en el modelo y porque el que habrá que desembolsar 3.400 € en el caso del Pack Officine Abarth True Red, el cual también incluye el vistosísimo sistema de escape Abarth Record Monza con dos salidas dobles a cada lado, y los 2.000 € de las pinzas.
Ambiente de lujo
En el habitáculo, los detalles que le convierten en un descapotable único y excepcional también son de pago. Hablamos de los asientos tapizados en cuero (1.500 €), del sistema de navegación con cámara de visión trasera y arranque con botón (Pack Premium de 1.000 €) o los detalles en Alcántara para el fuelle del pomo del cambio, freno de mano, reposabrazos y salpicadero (integrados en el Pack Officine antes mencionado) así como las costuras en contraste en rojo o la guía situada en la parte alta del volante.
Todo ello rematado con el toque distintivo que le proporciona una capota de lona de accionamiento manual, sí, pero muy sencillo de abrir y cerrar con un solo movimiento. Gesto que nos elevará hasta el séptimo cielo una vez pulsemos el botón de arranque.
Sonido celestial
En ese instante, de las cuatro salidas de escape emana tal bramido que no solo consigue que nos sobresaltemos ligeramente, sino que nuestro vello se erice ligeramente. Ante tal melodía solo nos queda felicitar al equipo de Record Monza por conseguir que los Abarth que montan sus escapes suenen de manera tan deliciosa.
Los primeros toques al acelerador para avanzar de nuestra plaza de aparcamiento mantiene en un alto grado de sonoridad el avance, y a poco que nos encontramos con un tramo de carretera sin tráfico, damos rienda suelta al pedal derecho. Con el modo Sport activado (el interruptor se coloca bajo la palanca de cambio) el bloque 1.4 Turbo Multi-Air se vuelve más incisivo.
Cierto es que sobre el papel y en comparación con el Fiat 124 Spider solo goza de 30 CV más, pero en la práctica las diferencias son notables. Aunque los 170 CV se desatan a 5.000 rpm, son contundentes incluso desde un régimen de vueltas bajo. Parte de culpa la tienen también los 250 Nm de par que aparecen a 2.500 rpm. Ahora bien, con un cuentarrevoluciones que se estira hasta las 8.000 vueltas, no podemos sino seguir acelerando para ver cuál es el límite de este descapotable deportivo.
6.800 vueltas. Esa es la línea de corte que el Abarth 124 Spider nos brinda para que, nosotros como conductores, pasemos un rato de lo más agradable mientras trazamos curvas como locos. En este contexto vuelve a ser determinante el sonido del escape. Ya sea a subir una marcha, bajarla o soltar el pedal del acelerador cuando aumentamos el giro de manera contundente, el petardeo que desprende es tal que nuestro paso será percibido por quienes estén incluso en la fase más profunda del sueño.
No hay mejor aliado para este propulsor que la caja de cambios de manual de seis relaciones. Cierto es que por 2.000 € más tenemos la automática del mismo número de velocidades, pero quien quiera disfrutar de la conducción más pura, no puede sino montar la transmisión manual. Con un tacto ultra preciso y muy directo (similar al que Mazda nos tiene acostumbrados con su MX-5), no nos cansaremos de subir o bajar marchas… siempre y cuando nuestro trayecto sea digno de un tramo de rallies. De otro modo, en conducción diaria, quizá nos fatiguemos en exceso a la hora de realizar múltiples tránsitos pero ¿Quién piensa en algo cotidiano teniendo un Abarth entre manos?
Corre, gira, frena
La respuesta ante tal pregunta es sencilla de contestar. Nadie o casi nadie. Cuando Abarth coge un coche y lo transforma, solo piensa en aquellos conductores con sed de velocidad, con necesidad de desfogar y sacar a relucir sus instintos más primarios.
Cualidades que este Abarth 124 sabe satisfacer a la perfección gracias a un conjunto chasis-motor sobresaliente. Ya hemos analizado las virtudes del 1.4 TB de 170 CV, elástico y radical como él solo. Bloque que está secundado por un chasis elaborado con conciencia que sube un punto el nivel respecto al Fiat del que deriva.
El responsable, el diferencial autoblocante que permite juguetear con el eje trasero sin perder un ápice de eficacia ni un km/h de velocidad. Una vez hemos acometido el vértice con la parte delantera y la zaga empieza a inscribirse en el mismo, si damos gas, las ruedas posteriores nos expulsarán hacia el exterior para ayudarnos a entrar de manera más efectiva.
La dirección, por su parte, ofrece un tacto preciso, pero en un nivel inferior al de la transmisión o el motor. Es rápida, sí, pero en curva lenta tenemos que meter un poco más de volante. Por suerte, de nuevo la aparición del diferencial nos permite inscribir la curva con un simple toque de gas.
La guinda a este conjunto la ponen los comentados frenos Brembo con pinzas de cuatro pistones sobre discos de 280 mm que aguantan con conciencia la fatiga y unos amortiguadores Bilstein con un tarado más duro que harán que nos resintamos en el día a día, pero que aportan el grado perfecto de deportividad cuando queremos conducir de manera más viva.
En otro nivel
En resumidas cuentas, la resurrección del Abarth 124 Spider no solo aporta un poco de luz en un segmento, el de los roadster biplaza, muchas veces desprovisto de diversión, sino que la firma del escorpión vuelve a tirar de su experiencia en el mundo de la competición para brindarnos un modelo excelente para pasar tardes en la mejor compañía… la de tu vehículo.
Eso sí, quien quiera acceder a él ha de tener en cuenta que la unidad que nosotros hemos presentado en estas líneas, correspondiente a la versión Turismo, parte de un precio de 38.000 €. No solo eso, sino que a poco que equipes los cinco opcionales de nuestra unidad, la tarifa final ascenderá casi otros 10.000 €. En total, 47.700 € que, quizá, se postulan algo altos para un biplaza que es más pasional que racional.