Que su carrocería de corte familiar no te engañe, el RS6 Avant es uno de los vehículos más brutales que podrás encontrarte en el mercado. Si quieres conocer todos sus secretos sigue leyendo, pero no de distraigas porque a la mínima que te descuides ya habrás perdido la oportunidad de verle.
Estar frente ante él ya impone. Aún recuerdo cuando en uno de los viajes que realizo como freelance tuve la oportunidad de ver en primicia esta generación del A6 Avant y quieto frente a él solo se me ocurrió preguntarle a los responsables de diseño de Audi “si este luce así, ¿cómo lo hará el RS6?”. Su respuesta, una sonrisa picarona que me dijo más que cualquier palabra.
Y no me mentían. Las primeras pinceladas las empecé a percibir en el S6 Avant pese a que algunos detalles como los escapes falsos me dejaran con el gesto torcido. Pero el estar cara a car con el nuevo RS6 Avant no hace sino que se me erice el bello y mi cerebro comience a imaginarse el sonido metálico de los engranajes mientras se transforma en un auténtico Autobot. Porque el RS6 Avant que me custodia parece un Transformer.
Fantasías cinematográficas al margen, lo cierto es que este familiar es, a nuestro juicio, el coche total y de no ser por la irrupción del R8 estaríamos hablando del Audi más potente y radical de todos… con permiso del RS7, su mellizo con silueta deportiva.
De casta le viene al galgo
Una ‘brutalidad’ que en otros tiempos iría adherida al apellido Performance pero que en esta entrega se elimina directamente para congelar su rendimiento del exquisito V8 biturbo de 4,0 litros en, agárrate, los ¡600 CV y 800 Nm de par! Bloque al que ahora se le suma el componente eficiente no solo gracias al sistema de desconexión de cilindros sino también a la electrificación. Sí, este bestial familiar deportivo porta además el sello ECO de la DGT gracias, entre otros al sistema microhíbrido con tecnología de 48 V que le dota de cierto overboost en determinados momentos y le permite ahorrar hasta 0,8 l/100 km.
Un punto muy a tener en cuenta para una auténtica bestia que alcanza los 100 km/h desde parado en tan solo 3,6 segundos, los 200 km/h en 12 segundos y que es capaz de llegar a los 305 km/h de velocidad máxima si así se lo pedimos a Audi (de serie está limitada a 250 km/h). Siguiendo con el símil de ciencia ficción, sería el coche elegido por Flash para llevar a su familia, no hay duda.
En la práctica, estas cifras se traducen en una sensación casi de competición. Nada más hundir el acelerador, el rugido de sus 8 cilindros en V y cuatro litros de cilindrada se filtra en el habitáculo para, milésimas más tarde, fundirnos con el asiento mientras las manos agarran con firmeza el volante. Puede que la guinda al pastel fuera un sistema de arrancada Launch Control pero gracias al buen hacer de la caja de cambios automática de 8 velocidades y a la siempre fiable tracción integral quattro, el RS6 Avant no deja escapar ni una milésima en la arrancada.
Grande pero ágil
Además, a diferencia de otros vehículos en los que podrías pensar ¿cómo detengo yo ahora esto?, con el RS6 Avant, esa preocupación desaparece. Parte de culpa la tienen los excepcionales discos de freno cerámicos que le proporcionan un nivel de frenada excepcional y una resistencia maratoniana cuando necesitamos abusar de ellos en circuito.
Tras quedarnos patidifusos en recta, lo realmente alucinante llega a la hora de entrar en curva. No olvides que llevamos entre manos un ‘bicho’ de 5 metros de largo y más 2.150 kilos de peso pero en marcha parece tan ágil como un TT o el propio R8. Parte de culpa la tiene un compendio de elementos enfocados a la máxima diversión. De algunos de ellos ya te hemos hablado: tracción quattro, frenos cerámicos… a los que se unen otros como el diferencial central mecánico, el control selectivo de par en cada rueda, la suspensión neumática y el eje trasero direccional. Un compendio brillante en el que el usuario además puede incidir a su voluntad gracias a los inéditos programas RS1 y RS2 que se seleccionan mediante una tecla situada en el volante con el emblema RS MODE.
Además de personalizar a nuestro antojo el coche veremos cómo el control de estabilidad se vuelve más permisivo y el cuadro de instrumentos ofrece un menú específico. Pero la realidad es que este RS6 Avant además de ser un coche rápido, muy rápido, es fácil de llevar. Si no crees que puedas tener las ‘manos’ suficientes para manejarlo, al principio, es recomendable dejar la palanca en modo automático o colocarla en posición S, a lo sumo. Eso sí, a través del selector de modos Audi drive select, es casi obligatorio que lo coloques en posición Dynamic. Con él seleccionado y gracias a la suspensión neumática que monta de serie, que está acompañada de un tren de rodaje más deportivo a causa del montaje del comentado paquete Dynamic Plus, la carrocería se pegará literalmente al suelo al estar 2 cm más cerca del mismo…
Dado que llevamos ya unos días de convivencia con él, decidimos colocar la palanca en manual y manejar su ‘nervio’ con las levas situadas tras el volante. Tras pasar el tramo de recta, comienza lo bueno. Llega la primera curva a izquierdas, por la que normalmente pasamos cuando realizamos las pruebas de nuestros vehículos. Casi sin pensarlo, acelero. Sí, inconscientemente mi cerebro recibe la orden contraria a la que suelo realizar. Lo sorprendente es que no noto nada, ni un crujido, ni una inercia, como si fuera sobre raíles. Afronto la siguiente, de nuevo a izquierdas y algo más cerrada. He llegado a ella tras una ligera recta en la que me he colocado a casi 140 km/h en menos de 200 metros. Aquí sí freno y los discos carbocerámicos comienzan a trabajar. Increíble. El coche se detiene casi en el último metro y no lo sé porque lo haya hecho yo, sino porque al frenar de forma contundente el cinturón me ha pegado contra el respaldo. Un simple toque de dirección y los 5 metros ya están preparados para la siguiente curva.
Casi con la boca abierta por el asombro, el RS6 Avant sigue ‘devorando’ horquillas y curvas a una velocidad endiablada, como un R8… o casi. Y es que en las enlazadas más pronunciadas si notamos algo más de ‘vaguería’ por parte de la caja de cambios pero inmediatamente el sistema eléctrico nos aporta ese punch y salimos escopetados, pero nada preocupante si sabemos anticiparnos, bajar la velocidad y entrar a golpe de volante con rapidez. Mientras tanto, el sonido bronco del motor, pese a haberse diluido fruto de las normativas medioambientales, sigue avisando al resto de conductores de nuestras andanzas a través de las dos enormes ‘trompetas’ trapezoidales situadas a cada lado, al tiempo que envuelve el habitáculo con la mejor banda sonora del momento. Con todo, y casi sin darme tiempo a pestañear, he llegado al final del tramo. Mis ojos están casi llorosos, a medio camino entre la sequedad de haberlos tenido siempre abiertos para no perderme nada y la perplejidad: ¡qué maravilla de coche!
Y para toda la familia
No podrían salir otras palabras de mi boca al detenerlo. En ese momento, miro a mi derecha y veo a mi mujer, quien valiente ella no le ha importado pasar este día de prueba conmigo, intentando recuperar el aire. Sé que no está asustada pero sí sorprendida. “Porque confío en ti, pero este coche es muy bestia”, me dice al recuperar el aliento (durante el tramo parecía que viajaba solo).
“Pues este sería el perfecto candidato para tener otro churumbel más, ¿no crees?”, le respondo yo mientras le señalo todo el espacio reinante en la zona trasera. Porque el RS6 Avant se mantiene fiel a su esencia. No solo es un deportivo en toda regla, con elementos de diseño que saltan a la vista como las llantas de 21 pulgadas, las enormes tomas de aire o las molduras en negro, sino que dentro es tan práctico como cualquier A6 Avant. No lo digo yo, sino un hueco para las piernas excelente y, sobre todo, un maletero de nada menos que 565 litros que llega a los 1.680 litros cuando abato los respaldos de la segunda fila.
Todo ello acompañado de una atmósfera que combina a la perfección el lujo, la deportividad y la tecnología de Audi. Me maravillan sus asientos de corte deportivo, el tapizado de los mismos, las costuras en contraste y los materiales escogidos (Alcántara, fibra de carbono, aluminio pulido). Solo el Black Panel que cruza el salpicadero resta algo de vistosidad por lo fácil que se llena de motas de polvo pero tiene su sentido al ofrecer una línea continuista con las dos pantallas centrales. Irene, mi mujer, parece convencida. Mi hijo, Leo, más todavía, sobre todo cuando en varias de las jornadas me ha repetido con insistencia a sus tres años “que suene el motor, papá”.
No es para menos. Porque esta auténtica joya es el coche total: radicalidad, prestaciones, motor, apariencia, amplitud, maletero… La pena es que salvo que seas jugador del Real Madrid o que en tu cuenta corriente ingresen cada mes una cantidad abultada de euros, ni en tus sueños más fantásticos podrías hacerte con un RS6 Avant. Los 144.010 € de lo que parte ya superan el presupuesto que destinan muchas familias a la compra de una casa y los más de 45.000 € en extras te permitirían incluso optar por un A4 Avant 35 TFSI S tronic.