BMW vuelve a tener un Gran Turismo a la altura de las circunstancias. Si bien nosotros hemos probado la versión de acceso a la gama, no hay nada que se le pueda echar en cara.
Ya no nos pilla por sorpresa que haya fabricantes que apuesten por resucitar modelos que fueron un absoluto éxito en el siglo pasado. Lo hemos visto por ejemplo con el Ford Puma, el Mitsubishi Eclipse Cross o el Fiat Tipo por citar algunos de los primeros que se me vienen a la mente, pero ninguno de ellos ha mantenido la esencia como lo ha hecho la estrella de esta prueba: el BMW Serie 8. Para esta prueba, el protagonismo se lo lleva, en concreto, su versión de acceso, el 840i Coupé que tiene poco de acceso.
Estamos ante un modelo escultural, que destila presencia por los cuatro costados y mantiene ese halo deportivo que cautivó a una generación allá por los años 90. Sigue siendo un Gran Turismo, con unas proporciones bien ajustadas y un diseño que abre una nueva etapa en el lenguaje de la marca. Como buen heredero de la Serie 6, el Serie 8 también está disponible con carrocería Cabrio o Gran Coupé, aumentando así la exclusividad del conjunto.
A destacar principalmente su parte trasera, con una caída del techo pronunciada que desemboca en un portón escultural que integra los faros posteriores que dividen la visión con el gran difusor inferior en el que se integran dos salidas de escape trapezoidales. El frontal no se queda atrás ni mucho menos y gracias al alargado morro que presenta, con una parrilla más grande sí pero sin llegar a la enormidad de los últimos modelos, los faros más delgados vistos hasta ahora en BMW y que pueden incluir la tecnología láser LED, a los paragolpes bien definidos y las tomas de aire sobredimensionadas asusta cuando se ve venir en el retrovisor.
El conjunto de nuestra unidad está expresamente ataviado con el paquete deportivo M Sport que enfatiza algunos elementos visuales y suma otros como las llantas de 20 pulgadas, las pinzas de freno M, el pequeño spoiler trasero, el comentado difusor…Todo ello englobado en unas dimensiones propias de un Gran Turismo como son los 4,84 metros de largo, 1,90 de ancho y tan solo 1,34 metros de alto.
Lujo interno
Tan deportivo es el exterior como lujoso su interior. Con una presencia clara de los modelos más exclusivos de BMW, poco o nada se parece nuestro 840i Coupé al que puedes escoger en el configurador cuando lo seleccionas. Como es tradicional en este tipo de coches, a base de talonario podemos convertirlo en una auténtica joya. No es una queja, ni mucho menos, solo un aviso de que es necesario tener un buen puñado ahorrado para estar acoplar la configuración interna que más se adapte a nuestro gusto.
Más allá de eso, el interior de este 840i Coupé destila elegancia y tecnología. El tacto de los materiales así como la presencia de las mismos son propios de las series más altas de BMW. A destacar el mullido del volante, grueso y agradable, o el confort de unos asientos de corte deportivo que envuelven nuestro contorno como si fueran los de la mejor clase Business. Los detalles en carbono, aluminio o cristal (en el pomo), así como el excelso tapizado en cuero harán las delicias de los conductores más refinados.
Frente a nosotros, el ya típico ambiente digital de BMW formado por el cuadro virtual y la pantalla central de 10,25 pulgadas de tipo flotante con un funcionamiento rápido e intuitivo tanto de manera táctil como gestual o vocal gracias al asistente personal BMW. La consola central aglutina todo los mandos de importancia para la dinámica de conducción. En cuanto a la habitabilidad, este 840i Coupé mantiene la configuración 2+2 del modelo original, con unas plazas traseras sin reposacabezas que no llegan a ser tan testimoniales como a simple vista parece aunque sí son más aptas para ser ocupadas por personas muy menudas o por niños. En cuanto al maletero, los 420 litros de volumen son más que suficientes para transportar todos nuestros enseres. Capacidad que se puede ampliar gracias al abatido 50:50 de sus respaldos posteriores.
El carácter lujoso del Serie 8 Coupé se puede amplificar con una serie de opcionales de la mejor calidad. La gama incluye BMW Display Key, carga inalámbrica para smartphones, asientos climatizados, sistema de sonido envolvente Bowers & Wilkins Diamond. Además, hay una selección de opciones específicas de BMW Individual para este modelo.
Nada de acceso
Ya lo comentábamos anteriormente y le hecho de que este 840i Coupé sea la versión de acceso se debe a que la gama del Serie 8 está formado por auténticas bestias del rendimiento. Pero quien no quiera alardear en exceso de este punto y prefiera un coche cómodo con tintes deportivos, verá que este 840i Coupé cumple de sobra sus necesidades.
Bajo el capó, el conocido bloque de gasolina de 3,0 litros y seis cilindros en línea con doble turbo (uno que actúa a bajo régimen y otro a altas revoluciones) que entrega 340 CV y 500 Nm de par perfectamente gestionados por la transmisión automática Steptronic de ocho relaciones. Un motor que parece infatigable tanto si circulamos en modo relajado, con el programa Comfort activado, como si desatamos todo su potencial con el modo Sport Plus activo en la pantalla central. Con una velocidad limitada a 250 km/h y un 0 a 100 km/h de solo 5,2 segundos es una auténtica locomotora.
No solo eso, sino que se rodea de un chasis a la altura de las circunstancias. Tan noble para devorar kilómetros con pasmosa facilidad (nada tiene que envidiar a un Serie 7 o un Serie 5), como reactivo a la hora de afrontar una zona revirada. Ni por muy propulsión que sea, notaremos una pérdida de agarre en el eje trasero, motivada por una exquisita dirección a las cuatro ruedas o por una suspensión adaptativa que mantiene el conjunto sobre el asfalto con un encomiable aplomo sin necesidad de estar pensando en la tracción total (más apta para motores más potentes) o en lo elevado de su peso (roza las dos toneladas).
Todo en este 840i Coupé es excelente, desde el paso por curva hasta la ganancia de velocidad. Los frenos M son contundentes, la dirección progresiva variable es precisa y directa, mientras que la transmisión permite estirar la aguja hasta casi la zona roja del cuentarrevoluciones. El sonido mecánico quizá sea lo menos emocionante pero no desagrada en absoluto.
En definitiva
Y si pensamos en el consumo, este 840i Coupé también es capaz de alegrarnos pues hemos conseguido registrar valores bastante bajos para un coche de sus características. Homologa 7 l/100 km de media, un registro que si bien solamente veremos al circular expresamente por carretera, cuando alternemos todo tipo de vías no será descabellado ver valores cercanos a los 9 l/100 km. Solo al rodar de manera más insistente por una carretera secundaria, sacando el máximo partido a su chasis, sí notaremos que el gasto sobrepasa con creces los 13 l/100 km.
Con todo, BMW vuelve al terreno de los Gran Turismo por la puerta grande con este Serie 8 Coupé y, concretamente, con este 840i Coupé que hemos probado. Puede que no sea la versión más emocionante de la gama, los M ya se encargan de hacernos babear continuamente, pero por equilibrio mecánico y dinámico así como perfecto ajuste en el consumo, esta versión de acceso satisfará todas nuestras necesidades. Además, como ya hemos dicho, si quieres que luzca como un M solo tienes que abrir la chequera y empezar a pedir los 30.000 € en extras que montaba nuestra unidad, elevando el precio hasta más allá de los 130.000 €.
Como puede BMW montar un motor de tre s cilindros a una carrocería de alta gama, impresentable.