Quien siga viendo los pick-up como una mera herramienta de trabajo es porque no ha tenido la oportunidad de conocer en persona el Ford Ranger Raptor. Pero no te preocupes que nosotros lo hemos probado en profundidad y hemos entendido el porqué del sueño americano.
Puede que a muchos os llame la atención que traigamos a elhedonistamor un modelo tan peculiar como el Ford Ranger Raptor que protagoniza estas líneas. Pero la decisión ha sido más por un tema personal que por puro ajuste editorial. Y es que hablar del Ranger Raptor es hacerlo de uno de los pick-up más despampanantes que hay hoy en día en suelo español. Y ojo, matizo lo de español porque en su tierra natal, Norteamérica, se quedaría hasta pequeño.
Un hecho que nos sorprendería teniendo en cuenta que este Ranger Raptor mide ya la friolera de 5,37 metros de largo por 2,02 de ancho y 1,87 metros de alto. Cotas que a poco que le veas aproximarse por el retrovisor dan auténtico miedo y que se resumen con la frase de Leo, mi hijo de casi tres años al verlo por primera vez: “¡Ala! ¡Es un camión! ¡Qué guay!”.
Aquí podría parar esta hedoprueba porque, como digo, dicha oración lo resume casi a la perfección. No hay nada que se le parezca porque no hay ningún otro pick-up tan radical a nivel estético como este Ranger Raptor. Parte de culpa la tiene el departamento Ford Performance que no solo ha metido mano a su chasis sino también a su estética. Por resumir algunos de sus puntos exclusivos: el frontal con una parrilla en negro con el nombre de la marca o un paragolpes recortado al más puro estilo TT con el que se mejora el ángulo de entrada; vías ensanchadas en 15 mm que parecen aumentar más esa anchura visual y en los que incluso sobresalen los gigantescos neumáticos BFGoodrich All-Terrain T/A KO2 en medida 285/70 R17 y montadas sobre llantas de aleación en negro de aspecto deportivo.
Más elementos que nos cautivan: el color Gris Conquer específico para esta versión (no sabría si quedarme con él o con el Azul Ford Performance que ya vimos en el Focus ST), los vinilos que aparecen en la parte final al estilo camuflaje y con el nombre del modelo o la forma del paragolpes trasero con la bola de remolque incrustada que parece mandar el mensaje de “no te me acerques”. Por último, el recubrimiento de la caja es todo un acierto ya que permite guardar todos nuestros enseres de manera segura.
Escalando al interior del Ranger Raptor
Antes de entrar en el habitáculo me percato de un último elemento: los estribos laterales. Una solución que quizá le reste algo de altura libre al suelo para rodar por zonas escarpadas pero que se convierten en esenciales para acceder de manera cómoda y sencilla la interior. De hecho, me atrevería a decir que son los únicos estribos de un TT que me han convencido en este sentido.
Antes de acomodarme en sus asientos, echo un vistazo para comprobar que pese a tratarse de un pick-up (lo digo por su filosofía más práctica) tienen ese corte deportivo que nos encandila gracias a su tapizado en cuero blanco y Alcantara con el nombre del modelo bordado. Además se ajustan perfectamente a nuestro contorno y nos permiten realizar de manera cómoda un viaje de larga distancia.
Asientos de calidad, calefactables por cierto, que van en consonancia con un puesto de conducción también de calidad, algo que agradecemos de nuevo pese a tratarse de una camioneta. Dado su carácter deportivo, el departamento Ford Performance no ha perdido la ocasión de poner su sello en zonas como el volante, con el guiado superior central en rojo, los umbrales de las puertas, donde aparece el propio nombre, o las levas terminadas en aluminio. La guinda la ponen las costuras en azul que aumentan el atractivo general y la pantalla central de 8 pulgadas táctil con el sistema multimedia SYNC3 similar al que montan los Focus, Fiesta o Kuga. Pero no todo van a ser bondades porque el volante no ofrece regulación en profundidad, hecho que nos obligará a mover la banqueta para encontrar la postura.
En términos de confort, este Ranger Raptor no se siente como el vehículo industrial del que parte. Al confort de los asientos delanteros se suma una segunda fila tan cómoda como la de un Mondeo. Aquí no percibimos el típico respaldo recto y excesivamente vertical de muchos de sus rivales sino que estamos ante butacas mullidas y bastante confortables para albergar a adultos de hasta 1,85 metros.
Mastodóntico
Pulso el botón de arranque e inmediatamente cobra vida el 2.0 TDCi biturbo desarrollado por Ford y retocado por el departamento deportivo. Entrega 213 CV a 3.750 rpm acompañándolos de un par máximo de 500 Nm entre las 1.500 y las 2.500 vueltas. Basta dar un par de acelerones (con el motor en caliente) para confirmar lo que decía Leo al verlo: es un auténtico camión. Suena como tal y aunque no es excesivamente rápido por culpa de los 2.585 kilos de peso que ha de arrastra (su punta es de 170 km/h y su 0 a 100 km/h de 10,5 segundos) sí os da la sensación de que coge velocidad con facilidad.
Socio de lujo para este motor es tanto la transmisión automática de 10 relaciones, la misma que estrenó el Mustang, como la tracción integral con reductora (2,72 a 1) diferencial central programable electrónicamente. El colofón podría ser el selector de modos que no solo nos permite escoger entre los típicos programas Normal y Sport, sino también entre otros más enfocados al manejo off-road como son el Hierba/Grava/Nieve o el Barro/Arena, Roca. Adicionalmente cuenta con otro llamado Baja que sería lo más parecido a ir con un coche del Dakar. Porque no has de olvidar que este Ranger Raptor nace casi del mundo de la competición. De hecho lleva elementos propios del mismo como son los amortiguadores FOX Pro Racing que aumentan en un 32% el recorrido de los muelles delanteros y en un 18% el de los traseros. La guinda la ponen brazos delanteros de aluminio y Watt superiores e inferiores en el trasero.
Una auténtica maravilla que convierte a este Ranger Raptor en el pick-up más extremo que hay por el momento para circular por caminos no asfaltados. Es una auténtica delicia comprobar cómo flota por cualquier tramo, imaginándonos que somos Peterhansel, Sainz o Alonso circulando por las dunas. Por muy escarpado que sea el terreno, muy embarrado que esté o muy gorda sea la capa de arena que la camioneta yankee saldrá airosa casi sin esfuerzo. En este sentido ayudan por un lado las planchas inferiores en acero de alta resistencia con 2,3 mm de espesor y un 60% más gruesas que las estándar, y por otro los excelentes ángulos de ataque, salida y ventral que propone: 32, 24 y 24, respectivamente, a los que se une una profundidad de vadeo de 85 cm que, como ves en alguna de las imágenes le permite sortear ríos sin inmutarse. De hecho comparado con uno de los 4×4 por excelencia como es el Wrangler Rubicon, el Raptor posee mejores datos.
Pero si su rodar por fuera pista sorprende más lo hace cuando volvemos de nuevo al asfalto. Por el carril nos sentimos poderosos porque somos poderosos. Pero es que además podemos ir tan rápido como cómodos. De nuevo las sensaciones que encontramos fusionarían las vistas tanto en el Focus ST como en el Mondeo, siendo muy veloces en tramos revirados e increíblemente cómodos por vía rápida. Además, si queremos rizar el rizo siempre podemos enviar toda la fuerza a las ruedas traseras teniendo un auténtico bicho de más de 2,5 toneladas de peso para ser manejado con las manos. Eso sí, no has de dejar pasar el tema del consumo pues durante la hedoprueba le medimos un gasto cercano a los 10 l/100 km de media que suben hasta más de 14 cuando desatamos todo su potencial off-road. Lo bueno, que cuenta con un depósito muy grande, de 80 litros de capacidad.
En conclusión
Puede que este Ranger Raptor no se amolde al estilo de vida de un hedonistadelmotor pero la realidad cambia cuando tienes la oportunidad de conducirlo. Porque a los mandos de esta pick-up americana uno se siente imponente porque es imponente. El motor quizá peca de ser algo perezoso en algunas circunstancias pero todo se borra de un plumazo al adentrarse en un terreno no asfaltado. Porque este Ranger Raptor tiene todo el sentido del mundo si su lugar natural es, precisamente ese, el campo, aunque como has visto no desentona por lo negro ni un ápice. Y todo lo anterior cobra incluso más sentido cuanto te das cuenta de que con todo este conglomerado de características, el Ranger Raptor es incluso un vehículo asequible. Porque los 56.900 € que pide Ford por él no nos parecen excesivos para un coche que nos aporta tanto a nivel dinámico y que además, es aparente a más no poder.