Probamos el segundo SUV compacto más vendido en nuestro país. Sí, hablamos del KIA Sportage y esta vez en su versión microhíbrida de 136 CV.
Puede sonar repetitivo pero nunca está demás recordar que los SUV compactos han triplicado sus ventas en menos de una década. Y uno de esos protagonistas durante todos estos años ha sido y sigue siendo el Sportage. KIA es una de las marcas más reputadas en nuestro país y el modelo que ahora protagoniza estas líneas supone cerca de un cuarto de las ventas de la marca en España.
Ligeros cambios a la vista
Discretas son las novedades estéticas de este nuevo Sportage ya que el tema principal se encuentra bajo el capó. No obstante, comentamos estos ligeros cambios tanto a nivel exterior como interior. El frontal incorpora unos paragolpes con nuevas ópticas y la parrilla cuenta con un diseño más agresivo. En el caso de nuestra unidad con el acabado más alto, GT Line Xtreme, las llantas montadas eran de 19 pulgadas. De serie parten en 16.
Otro diseño exclusivo de la versión tope de gama es el portón característico GT Line. Este Sportage de restyling cuenta también con una gama de colores mejorada y en definitiva, una estética que continúa apostando por la imagen musculosa y prominente de estos C-SUV que tanto enamoran a los ciudadanos.
Sentados en su habitáculo, esta actualización del Sportage nos muestra mejores calidades en los materiales y unos acabados notables. Como siempre la versión GT Line tiene sus particularidades como las insignias en el volante y asientos, volante y tapicería de cuero y pedales en aluminio para un toque más deportivo. En los elementos comunes pero novedosos respecto al anterior modelo encontramos la pantalla de la consola central con compatibilidad Apple Car Play y Android Auto. Esta pantalla puede ser de 7 u 8 pulgadas y, en el acabado más alto, cuenta con 6 altavoces JBL.
La novedad del KIA Sportage
El apartado mecánico como anticipaba es el grandísimo protagonista de esta prueba. Un coche que funciona tan bien por su diseño no hace falta renovarlo en profundidad. Pero su gama de motores que pesa a ser buena no era óptima, sí convenía retocarla. Hace un tiempo, tuve la oportunidad de probar la versión diésel de este Sportage y, pese a tener una buena crítica por mi parte, el apartado de los consumos tiraba por la borda cualquier halago.
Por ello, KIA ha rediseñado los diésel pero los gasolina se mantienen. Sustituye el 1.7 CRDi por el actual 1.6 CRDi de 115 o 136 CV ambos con la opción de microhibridación. La firma japonesa ofrece tracción delantera y 4×4 y caja de cambios manual de 6 velocidades o automática DCT de 7 relaciones siempre en función de la motorización y acabado del modelo seleccionado. En nuestro caso, además de la versión GT Line Xtreme y el motor de 136 CV, nuestra unidad equipada la tracción total.
Como siempre esta microhibridación lo que busca es darle un apoyo al motor de combustión para así reducir sus esfuerzos y por ende sus consumos. Lo ha conseguido desde luego ya que, de una versión diésel que superaba con creces los 8 l/100 km, estamos ahora ante un modelo que, tras una semana de pruebas, ha marcado 6,4 l/100 km. Cifra aceptable teniendo en cuenta su transmisión, tracción y motorización.
En lo referente al comportamiento no hay ninguna pega. Su suspensión independiente de doble eje hace la conducción más llevadera y su paso por terrenos bacheados o mal asfaltados son siempre menos laboriosos. Su tonelada y media de peso le convierten en un coche con buen aplomo sobre todo para trayectos largos con muchos pasajeros y maletas. Este SUV no filtra el ruido a altas velocidades y al confort de marcha se le añade la buena insonorización del habitáculo.
Habitáculo que, por cierto, sobra decir que es extremadamente confortable. Tiene un detalle en su fila trasera que no lo tienen alguno de sus rivales. Las banquetas traseras son ligeramente reclinables en su respaldo. Algo con lo que ya contaba en su anterior versión y que gracias a dios cada vez lo vemos más en este tipo de modelos. Adultos o niños, grandes o pequeños, podrán ir cómodos en este KIA Sportage que sin duda plantea un sinfín de comodidades tanto para su habitabilidad como para su conducción.
¿Cuánto cuesta?
Su precio inicial para la versión de acceso manual, con el acabado más bajo y versión gasolina es de 18.500€. Un precio que puede sonar muy razonable para este tipo de modelo. Pero según subimos en la gráfica y añadimos variables como mejor motorización, cambio automático, mejor equipamiento y sistema de 48V, el precio sube progresivamente.
Nuestra unidad, la más equipada dentro de esta versión microhíbrida y con el cambio DCT7, parte en 34.410€ con el descuento de KIA ya aplicado. Lo malo es que es un precio mucho más alto pero lo bueno es que apenas hay que añadirle equipamiento adicional ya que por su acabado, cuenta con prácticamente todo de serie. Con la pintura metalizada y el único paquete disponible de asistentes a la conducción, el precio final es de algo más de 38.400€.